mardi 20 juillet 2010

La danza del vientre, una opción diferente para los eventos


La danza del vientre o danza oriental, es una opción diferente para amenizar las fiestas o eventos, en donde se contrata un espectáculo profesional de chicas odaliscas bailarinas, que sorprenden a los invitados con los diferentes ritmos de danza, existentes en la cultura árabe oriental.

El origen de la palabra odalisca, proviene de Turquía, y la danza árabe oriental (Raqs Al Sharq) nombre original en idioma árabe, que data de creencias allegadas con el sol. Esta danza es conocida también como la danza de las entrañas. Su origen exacto aun se desconoce, pues no se sabe si se inició en la India o si la transportaron los Rumíes (los gitanos) en sus caravanas y carretas, o si nació entre las muchachas que iban a casarse o si, simplemente, apareció en distintos lugares a través de un complejo sistema de similitudes, que terminó siendo, una de las formas más refinadas de la belleza árabe. Algunos investigadores, sitúan que el surgimiento, se inició en la India, otros en el Egipto faraónico. Probablemente, estuvo presente en los rituales de la Gran Diosa Madre responsable de la reproducción de todo el planeta. En una época donde la humanidad estaba organizada matriarcalmente, se veneraba el poder de dar vida y ésta, era probablemente la danza de esos rituales de la fertilidad. En la actualidad, se realizan diversos espectáculos, en donde en la apertura del evento, las odaliscas sorprenden con una entrada sorpresa de danza árabe, en donde se presentan con un variado atuendo de elementos tradicionales árabes, tales como: chinchines, bastón, velos, wins, sables, derbake, etc.; y en donde la coreografía es sorprendida por los colores y los brillantes vestuarios que usan las bailarinas. El vestuario es lo más llamativo en las bailarinas, los corpiños son tipo vedette con perlas, canutillos, mostacillas, piedras, etc. Las polleras o babuchas son de gasa, lame, encaje, bordadas con lentejuelas, canutillos, etc., acompañadas con una faja ancha o angosta. El escenario se ilumina de un excelente contraste de luces, que giran al ritmo de la música para así hacer más impactante cada uno de los movimientos que realizan las odaliscas. Cada danza está clasificada, una de ellas es la de los 7 velos, en donde las odaliscas, demuestran la magia de ésta en cada uno de sus movimientos, dándole así un toque de distinción al evento, en donde el público presente se sorprende de tanto ritmo y elegancia de esta cultura oriental. La bailarina odalisca da todo de sí en lo que a ritmo se refiere, todo esto en torno a sus pensamientos, sus movimientos, y el compás de la música, de su espiritualidad y de sus sentimientos. La verdadera odalisca no está pensando tanto en hacer un espectáculo, aunque, obviamente, espere aplausos al final de su presentación, sino más bien, ella busca que el público capte lo que quiere expresar a través de su baile. En fin, con esta danza se transmite belleza y sensualidad, algo diferente para un evento, en donde nunca se debe olvidar el respeto de la audiencia que es lo primordial. Todo esto en conjunto, hace del evento, un acontecimiento de gran resplandor, donde se conjuga encanto y ritmo, dejando así una opción diferente que quedará grabada en los recuerdos más significativos del público espectador.



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